Agurain, una villa repleta de Casas y Escudos

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Uno de los símbolos más representativos de muchas ciudades españolas con historia medieval a sus espaldas, como Toledo o Ávila, son sus murallas. En el caso de Agurain, la muralla también fue un elemento clave. Le otorgó estabilidad de cara al comercio y superó dificultades bélicas gracias a ella.

Dentro de la muralla, en la zona “intramuros” de Agurain se puede apreciar la estructura medieval clásica que consta de tres calles principales: la Zapatari, la Carnicería y la Mayor. Todas ellas comienzan y terminan en plazas. Al norte se puede encontrar la de Santa María y al sur la de San Juan, donde se celebra una de las festividades más laureadas por los aguraindarras.

En este lado de la muralla se puede pasear agradablemente y observar los icónicos edificios que dan vida a la villa. Las casas, las familias y sus escudos también son elementos que definen la Edad Media. Sin embargo, no es tan común encontrar villas que mantengan tanto legado histórico de Casas como Salvatierra. Era habitual que algunas casas acabaran mimetizándose con los muros como es el caso de una de las más famosas:

Casa de los Uriarte

La fachada principal de la edificación rompe con algunas reglas arquitectónicas debido a sus cuatro columnas endosadas repartidas, dos en la puerta principal y las otras en los ángulos de la fachada, convirtiéndose en el único caso de Agurain.

El escudo familiar, como su propio nombre indica, pertenece a los Uriarte y es uno de los más sencillos y originales de la época que se pueden encontrar en todo el país.

Casa de los Azcárraga

A escasos metros de la Iglesia de Santa María se puede observar un edificio señorial conocido como la Casa de los Azcárraga. Su decoración alude a la vegetación y, al permanecer tan cerca de la iglesia fortaleza, goza de unas vistas privilegiadas.

Se pueden encontrar diferentes escudos de las distintas familias que la levantaron y que intervinieron en su construcción. Además de ello, mucha gente destaca su enorme alero de roble, bajo el que mucha gente se ha cobijado de la lluvia.

Como se puede consultar en el escudo situado en la entrada principal, su fundador fue Don Diego García Lezo, quien se puso manos a la obra a finales del siglo XVI. Sin embargo, la parte sur de la casa no se construyó hasta un siglo después.

Por último, cuenta con un detalle en la bisagra de la puerta principal que hace referencia a su casa gemela, un edificio conocido como la Casa de Begoña.

Casa de Begoña

Este otro edificio se encuentra en la misma calle mayor, pero su construcción data del siglo XIX y comienzos del XVII. Fue fundada por uno de los hombres más influyentes de Agurain en aquellos tiempos, Don Antonio Martínez de Hoz.

Algo a destacar de la Casa de Begoña es su galería acristalada, desde donde se pueden observar dos enormes tejos centenarios. Al igual que la Casa de los Azcárraga, también tiene un balcón forjado en hierro que da a parar a un bonito jardín.

Su escudo de armas contiene la curiosa escena de un águila atacando un ciervo que representa la superioridad de la familia, algo que resulta entendible teniendo en cuenta la época y la sociedad en la que se encontraban.

Casa Bustamante

Otra de las principales edificaciones ha permanecido en el 32 de la Zapatari, una de las calles principales, desde el siglo XVI. Su pálida piedra hace juego con los tonos de la kalea y el escudo de armas pertenece a los Zumalburu y los Vicuña. Los representantes de ambas estirpes, marido y mujer, ordenaron construir el caserón en el 1.580.

La Casa de las viudas

A pesar de carecer de escudos de armas, esta es uno de los escasos resquicios de historia aguraindarra que sobrevivió al gran incendio que devoró el pueblo. Aunque no lo hizo de forma intacta. La edificación data del siglo XIV y parece ser que se trataba de una torre de vigilancia que luego fue reutilizada.

Estas son las principales “casas” de Agurain, pero todavía hay mucho más que ver. Un ejemplo es la ermita de San Martín, que se estima que fue construida durante el siglo XIII, pero ya habrá más tiempo para hablar sobre ella en el blog. De momento, nos contentamos con que os vayáis haciendo un poco a la villa, conociendo sus edificios, calles, casas y tradiciones, más importantes. Así es Agurain Salvatierra, bella y sencilla, una tierra que enamora a quien la pisa.